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Esta crema de manos pura y exquisita combina manteca de karité y extracto de té blanco para ayudar a mantener las manos hidratadas, suavizadas y ligeramente perfumadas con notas aromáticas de vapores de té blanco, madera de madrás y un trío de almizcles de tranquilidad.
La creencia fundamental de Elizabeth Arden era que la belleza no debe ser un barniz de maquillaje, sino una cooperación inteligente entre la ciencia y la naturaleza con el fin de desarrollar mejores activos naturales de la mujer. Vivía por su mantra, "Ser bello es el derecho de nacimiento de cada mujer."
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