Los fabricantes del té preparan ambas clases de té (negro y verde) de las hojas de la planta del té, el Camelia Sinensis, un arbusto natural de Asia. El proceso de fabricación del té verde consiste únicamente en cocer al vapor las hojas durante un corto periodo de tiempo y dejarlas secar. Para obtener el té negro, que es principalmente consumido en Occidente, se someten las hojas cocidas de té verde a un proceso de secado y calefacción que conlleva una fermentación. Puesto que la fermentación destruye parte de los poli fenoles, se cree que el té verde es mejor para la salud. El té verde contiene cerca de 27% de catechins, mientras que el té negro únicamente aporta un 4% de esta sustancia.
De acuerdo a muchos estudios recientes, el té tomado regularmente tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud: El té verde contiene poli fenoles, los cuales protegen el corazón disminuyendo los niveles de colesterol y mejorando el metabolismo de los lípidos. Estos prolifenoles favorecen la circulación sanguínea, por lo que mejoran las funciones de excreción.